Acá lanzo mi primer esbozo de una reflexión de ducha:
Estaba como siempre conversando conmigo mismo, repitiendo un ambiente conocido en mi cabeza, una clase de lenguaje plástico de esas que me gustaron realmente, y una cosa llevó a la otra.
Paseaba entre mis fantasías, imaginando que se discutía acerca de alguna propuesta mía, en mi cabeza estaban los recurrentes vidrios rotos y un acercamiento a mi entendimiento de la realidad del yo, de la conciencia y demas... apoyaba mi trabajo en lo poco que había entendido de un discurso de 3 horas de Allan Watts y apoyaba un poco la referencia a este señor, en mis lecturas superficiales de Ouspensky y Gurdjieff. (modestia de mierda la mía)